La combinaciòn de control e intensidad parece ser el estilo que Sampaoli anda buscando para Chile. Muchos jugadores de buen pie (Marcelo Díaz terminó jugando de central) y una dinámica intensa, orquestaron un gran partido en el estadio Nacional. Primer lugar, record de goles en fase de grupos (10) pero por sobre todo mucho fútbol.
La defensa, liderada por Gary Medel (que anotó un golazo y fue el mejor de Chile), parece terminar con los experimentos tácticos al armarse con 4 en el fondo; Beausejour fue lateral izquierdo y sin brillar hizo un correcto partido, evitando el rol puntero.
En mediocampo el rendimiento fue espectacular. Mejoró la velocidad de la circulación de balón, el juego asociado permitió marcar un gol después de 30 pases consecutivos y la profundidad (Chile registró 46 pases profundos) fue un problema sin solución para la defensa boliviana.
Con Fernández, Pizarro y Valdivia el mediocampo chileno mostró una faceta de control de juego que habrá que ratificar a mayor exigencia pero que sin dudas es una demostración de variantes propias de un gran equipo.
El buen debut de Angelo Henriquez (2 asistencias), que reemplazó a Alexis por precaución y el debut goleador de Aranguiz (2 goles), terminaron de mostrar las variantes ofensivas de Chile en la Copa.
El camino a la final será una muestra de carácter para un equipo que busca ser campeón de la Copa América por primera vez en la historia de la competición, las credenciales como serio aspirante ya están sobre la mesa.
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